Club del Libro

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lunes, 3 de enero de 2011

¿PASADO? MEXICANO...

Lectores a Fondo, ahora comentaremos la visión de dos grandes escritores. Jorge Luis Borges y Julio Cotázar nos entregan dos cuentos en Sol Jaguar. 

De Borges tenemos, en esta compilación, el cuento La escritura del Dios; aqui se relata la historia del encierro de Tzinacán. El personaje del cuento llega a un gran descubrimiento:

"Consideré que aun en los lenguajes humanos no hay proposición que no implique el universo entero [...] 
Un dios, reflexioné, sólo debe decir una palabra, y en esa palabra la plenitud."   

La voz de Tzinacán nos guía por un mundo del pasado indígena mexicano, los rituales y creencias, las cosmogonías y la conjunción del hombre con el universo, algo quizá desconocido para nosotros. 

¿En verdad, cada vez que hablamos implicamos el universo entero? tú, lector, ¿Qué opinas?

Por otro lado en el cuento La noche boca arriba, de Cortázar, un personaje viajando en motocilceta nos cuenta la desventura de un accidente, fatal para algunos especial y mágico para otros. 
Ya estando en el hospital y en recuperación de los golpes, las pesadillas no cesan, el olor a guerra, la persecución, la toma de prisioneros, sangre saliendo de los cuerpos indígenas...

Al final Cortázar termina el cuento de una manera insospechada:

Pero olía a muerte y cuando abrió los ojos vio la figura ensangrentada del sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano. Alcanzó a cerrar otra vez los parpados, aunque ahora sabía que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueño maravilloso había sido el otro, absurdo como todos los sueños; un sueño en el que había andado por extrañas avenidas de una ciudad asombrosa [...]  

Cortázar y Borges nos remontan a un pasado indígena lleno de sangre y violencia,  con  una gran filosofía y amor por la humanidad y el universo.

Borges escribe casi al final del cuento: 

Vi el universo y vi los íntimos designios del universo. Vi los orígenes que narra el Libro Común. Vi infinitos procesos que formaban una sola felicidad, y, entendiéndolo todo, alcancé también a entender la escritura del tigre. 

Mientras que Julio Cortázar termina:
Con una última esperanza apretó los párpados, gimiendo por despertar. Durante un segundo creyó que lo lograría, porque estaba otra vez inmóvil en al cama, a salvo del balanceo cabeza abajo. Pero olía a muerte y cuando abrió los ojos vio la figura ensangrentada del sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano.

En la mentira infinita de ese sueño también lo habían alzado del suelo, también alguien se le había acercado con un cuchillo en la mano, a él tendido boca arriba, a él boca arriba con los ojos cerrados entre las hogueras.

¿Viviremos en el sueño eterno? un sueño dentro de otro sueño, asi sucesivamente hasta el infinito.
¿Como conocemos el universo ahora? ¿En realidad nuestras palabras son las de los dioses?
Por último, ¿Como crees que erán los indígenas que poblaban México, antes de la invasión española?

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