Club del Libro

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jueves, 17 de marzo de 2011

Vueltas alrededor del sueño

¿Sería correcto decir que “La rueda”, el segundo de los Cuentos reunidos de Amparo Dávila que leemos, inicia con las primeras palabras del texto? Quizá la historia en realidad comenzó antes, en un momento idéntico al que se describe al principio de la narración, idéntico a su vez a otro descrito hacia su final. De ahí el título: la historia gira sobre sus propios pasos, una y otra vez, como lo hacen las manecillas de un reloj, para recordarnos que el transcurrir del tiempo no es lineal, sino cíclico. Tampoco podemos decir que el final sea realmente el final, sino sólo un nuevo inicio... O, mejor dicho, un nuevo punto intermedio.

De la misma forma, quizá no sería del todo correcto decir que la historia incia en un sueño y después de cierto punto continúa hacia la realidad. Acaso todo sea sueño. Un sueño dentro de otro sueño dentro de otro sueño dentro de... O, más aún, quizá lo que a simple vista parece sueño sea la realidad y viceversa. ¿Cómo es posible distinguir cuándo está despierta la protagonista y cuándo está soñando? (Otra protagonista sin nombre perdida en un mundo de sueños, como en el anterior cuento que leímos de Dávila, “El patio cuadrado”.). El hecho de que en algún momento dado ocurran sucesos que parecen extraños no implica necesariamente que no sea ésa la realidad en la que la protagonista vive. Tal vez el verdadero sueño lo vemos en la segunda parte del cuento, un sueño aburrido de conversaciones frívolas y desayunos frugales, pálido al comparársele con una realidad trepidante de muertos vivientes y agujeros que se abren en la tierra para arrastrar a la protagonista a la tumba o al infierno.

La autora es muy hábil al describir un mundo reconocible, la colonia Juárez de la Ciudad de México, con sus nombres tan familiares de calles y restaurantes, para en él insertar hechos sorprendentes, que desafían nuestra imaginación. ¿Resultaría la narración igual de efectiva si se refiriera a todos estos espacios de forma genérica?

El cuento, como todos los de Amparo Dávila, hace más preguntas de las que está dispuesto a responder y exige de sus lectores el compromiso de acercarse a él con una mente abierta y dispuesta a llenar los espacios en blanco. Y es ello lo que hace aún más rica la experiencia de leerlo. ¿Cuál ha sido su experiencia? No olviden enviar sus comentarios.

 

Sigan pendientes de Lectores a Fondo, seguiremos pronto con la lectura de “La noche de las guitarras rotas”.

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