Club del Libro

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lunes, 20 de junio de 2011

Las hojas muertas. La ficción de la realidad

Continuamos leyendo la cuarta de las 18 novelas en 18 semanas de nuestro reto: Las hojas muertas, de Bárbara Jacobs.



Los narradores aprovechan una de las constantes ausencias de sus padres, que viajan con frecuencia, para averiguar más sobre el hombre cuya historia pretenden contarnos.

No resulta raro encontrarnos con que la historia de este hombre que vive entre libros sea parecida a la de un personaje de novela y que la mayor parte de los datos que sus hijos nos proporcionan sean imaginados o supuestos: ficciones que ellos mismos se inventan para llenar los muchos espacios en blanco que hay en la vida de ese padre silencioso, del que no se pueden obtener más que unas cuantas palabras de vez en vez.

Podemos ver que desde su juventud el hombre, a quien antes definimos como un eterno viajero, era un nómada que no parecía encontrar su lugar en el mundo, capaz de desapegarse de los seres cercanos y desprenderse de cualesquiera posesiones que tuviera, las cuales, por otro lado, nunca parecían ser más que libros. Estos mismos libros podrían ser la causa de su eterno nomadismo, pues le mostrarán un mundo completamente distinto del que conoce y decidirá ir a buscarlo.

Miembros de la Brigada Lincoln

[Miembros de la Brigada Lincoln]

Además, sus ideas políticas y sociales (algunas de ellas aprendidas también de los libros) harán que quienes lo rodean lo miren con extrañeza (cuando no con suspicacia o desconfianza), y por ello deambulará por todo el mundo, ya como periodista, ya como soldado, buscando un lugar donde pueda encajar, aunque tal vez nunca lo halle.

El azar y el amor lo llevarán a un nuevo exilio, quizá el definitivo, a México, donde continuará esta historia cuando reanudemos la lectura.

Los invitamos a que sigan leyendo Las hojas muertas, de Bárbara Jacobs, como parte de nuestro reto de 18 novelas en 18 semanas.

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